El pasado lunes 10 de noviembre se celebró el Día Mundial del Enoturismo, una fecha que invita a disfrutar, conocer y valorar el mundo del vino desde una mirada turística, cultural y sostenible. Esta jornada —que se conmemora cada segundo domingo de noviembre, aunque en 2025 coincidió con el día 10— reunió a miles de visitantes en bodegas y viñedos de todo el mundo.
Una fecha para disfrutar y aprender
El Día Mundial del Enoturismo fue creado por la Red Europea de Ciudades del Vino (RECEVIN) en 2009, con el objetivo de promover el turismo vinculado a la cultura vitivinícola. Desde entonces, países de Europa y América Latina organizan actividades que combinan vino, gastronomía, arte, historia y naturaleza.
El enoturismo no se limita a las catas o degustaciones: propone recorrer viñedos, visitar bodegas, participar en talleres, conocer los procesos de elaboración y disfrutar de experiencias rurales únicas.
Uruguay, destino enológico en crecimiento
En Uruguay, el mes de noviembre se vive como el Mes del Enoturismo, impulsado por el Ministerio de Turismo y el Instituto Nacional de Vitivinicultura (INAVI). Durante todo el mes, bodegas de Canelones, Montevideo, Maldonado y Colonia abrieron sus puertas al público con visitas guiadas, degustaciones, propuestas gastronómicas y espectáculos al aire libre.
El país continúa consolidándose como un destino destacado para el turismo del vino, combinando tradición, hospitalidad y una creciente oferta de experiencias personalizadas.
Experiencias que dejan huella
El turismo del vino fomenta un modelo sostenible que une producción artesanal, respeto por el entorno natural y participación comunitaria. Además de generar empleo, fortalece la identidad de cada región y preserva tradiciones familiares transmitidas de generación en generación.
Visitar una bodega es más que una excursión: es una experiencia sensorial que conecta con la tierra, con la historia y con quienes hacen posible cada cosecha.
Un brindis por la cultura y el optimismo
El Día Mundial del Enoturismo es una celebración que refleja valores positivos: trabajo en equipo, pasión, innovación y amor por la tierra.
Uruguay se suma una vez más a esta fiesta mundial del vino, demostrando que el enoturismo no solo promueve la economía y el turismo, sino también la alegría de compartir lo mejor de nuestras raíces.
